¡¡Chichis pa’ la banda!!
Todo comienza cuando sabes que va a estar en algún lugar tu banda favorita y no importa si para llegar debes atravesar la ciudad, porque eso es ser rocker. Entonces el dÃa del concierto te levantas y te pones la ropa más indecente que tienes, los tenis más mugrosos y los pantalones más rotos (ahora entubados), además de tener la ferviente necesidad -cual cristiano de conversar con Dios- ingerir un par de chelitas mÃnimo, antes o durante el concierto, para lo cual has juntado los pocos pesos que te dan entre semana o te pones a talonear en los camiones de ida…
Cuando vas llegando al lugar comienzas a sentirte identificado con todos los que van al mismo santuario a comulgar: pelos parados, pintados, despeinados, gorras, botas, tatuajes, perfos, tenis…
Llegas. Comienzan las bandas después de mentadas de madre y pruebas de sonido. Bailas, gritas, golpeas, pateas, le das a alguien con la mochila, ensordeces al güey de al lado, todo es una algarabÃa, nada importa, todo lo vale… El sol estupidizante que tienes sobre tu cabezota horas enteras, la falta de agua, empujones, repegones, madrazos, olas de gente que te separan de tu banda y hacen que pierdas horas del concierto en encontrarlos… Las diferentes lluvias: si es temporada, lluvia dorada, lluvia de botellazos y si tienes muy mala suerte la lluvia de cabrones…
A mitad de concierto, después de las cuatro bandas que tres conocen y de haberte chutado todo lo anterior, unas chelas y un par de porros, llega el momento esperado por pocos, pero que es parte del ritual: las bellas quimeras que comienzan a salir de entre la multitud cuales criaturas mÃticas… Es entonces cuando alguien grita “CHICHIS PA’ LA BANDAâ€. En ese momento la comunión, la paz y armonÃa comienzan. Las voces se hacen unÃsonas, todos comienzan a gritarle a ella, no a cualquiera, a ésa, la doncella que se ve más animada, la que comienza a juguetear con sus manitas y su blusa, la que comienza a reÃr decididamente… Entonces sucede, en el peor de los casos sólo se levanta la blusa que a veces ha sido mojada, en los mejores y si tienes suerte de estar allà y no perdértelo las TETAS señores… LA TETAS de una no tan virgen expuestas al deseo y la calentura de ellos y a la censura de ellas (“no está tan buenaâ€).
Este suceso es único e irrepetible en cada uno de las diferentes ceremonias de paso, sin embargo casi siempre siguen las mismas caracterÃsticas.
Las jóvenes no tienen un fenotipo especÃfico: pueden ser gordas, flacas, morenas, pelirrojas, chichonas o no… Pero siempre, siempre, siempre son “ROCKERAS…”
Hace años que esa frase ha hecho de los conciertos, de preferencia masivos, todo un deleite de los asistentes, hace tiempo en los masivos en CU a la chava que no quisiera la subÃan a huevo y al final de ritual andaban colectando chicas para “la tabla”… jajaja! La banda luego se pone medio extrema. Pero habÃa de todo banda que se quedaba clavada bailando o en slam y banda que se salÃa del slam para ir a ver las chichis de la doncella en cuestión. Recuerdo un concierto en la Magdalena Mixuca por el “votan Zapata” donde la banda enloqueció y entre lluvÃa de piedras -y a falta de tabla- las chicas se subÃan a una llanta cargada por 4 “fuertes” guerreros y en ella mostraba todo el explendor femenino, entre esa chicas habÃa una que gritaba :”pa que vean lo que es ser madre”… Al mirar a la doncella, noté que era mi amiga de toda la vida y de repente la banda salto sobre sus prominentes tetas…. Entre la multitud, la perdÃ, Jajaja, que buenos toquines he vivido…. YEAH!
Gran texto pero… ¡chi-chis, chi-chis!
Ojala Hagan Uno Asi En Cancun Para Ir a Gritar Chichis pa la banda chichis pa la banda! 😉 Saludos