(Primera parte de la entrevista con Los Sordos)
Entrevistador: Iván Rivas
FotografÃa: Juritco Carranza
Asistencia: Jorge Arturo MéndezÂ
Coyoacán siempre ha sido, por excelencia, geografÃa de encuentros opulentos. En este mismo lugar, Los Sordos nos hablaron de su música.
Levy Riccetti: Nosotros nos conocemos hace muchos años en la movida nocturna caraqueña; cada quien trabajaba en eso, desde tocar covers, hasta intentos de bandas propias. Fue, en el 2009 cuando nos juntamos a hacer el primer demo “B52†y lo mandamos a varios lugares, lo mandamos a México, a Argentina, lo mandamos a varios paÃses y en Chile brincó. Allá se nos abrieron las puertas, se nos ofreció una gira y se nos dio la oportunidad de grabar el disco completo.
-¿De dónde toman el nombre de la banda?
LR: Justamente, en el tiempo que estábamos armando el proyecto tratábamos de hacer contento a todos. Ãbamos a las disqueras y les decÃas: -¿mira les gusta?- Entonces siempre volvÃamos al estudio a cambiar algo para hacer contento a todos y en ese proceso se nos estaba yendo la vida, hasta que dijimos: -Vamos a hacernos los sordos, vamos a hacerlo a nuestra manera y quedar nosotros satisfechos- Con esta broma se terminó quedando el nombre.
-¿Hay algún sonido en especial que Los Sordos no quieran oÃr? Probablemente, el ruido de las disqueras.
LR: Eso, principalmente eso. Todo el mundo involucrado en un proyecto, antes deberÃa quedar satisfecho el mismo. Pero si me preguntas qué no quieren escuchar Los Sordos es algo que en nuestro paÃs se está manifestando mucho: la violencia. Han pasado muchos hechos y realmente nos están tocando, de eso, los sordos, no quieren saber más, de violencia de la maldad que nos está dañando.
-A pesar de llamarse Los Sordos, su música exige ser escuchada no oÃda. Hay mucha fusión y sobre todo sus bases son impredecibles.
LR: Nos gusta fusionar. Cada quien tiene sus gustos musicales, a mà me gusta mucho la música clásica, las baladas, los Beatles; por ahà Héctor toca blues en muchas bandas. La mezcla, la fusión de varios estilos es lo que intentamos mostrar en el disco, ¡claro!, siempre manteniéndonos fieles a un concepto.
-¿Cómo se pueden mantener fieles a un concepto?
LR: Yo llegaba con las ideas en el piano y la banda iba poniendo su sazón, el concepto es ese. Traigo ideas, prácticamente los acordes, alguna melodÃa, la voz y la letra, de ahà empezamos a meter ritmo, los cambios, los solos, todos los ingredientes. Pero, ahora estamos trabajando en el segundo disco, esperamos que al final del año esté listo, y hemos descubierto que nos gusta viajar en cualquier estilo, desde el reggae hasta la salsa. Yo no la sé hacer pero como buen rockero buen salsero.
-¿Cómo entra el bajo o la guitarra cuando la idea está propuesta?
Héctor Castillo: Cuando está el concepto más o menos escrito, nos preguntamos para dónde queremos ir, si la canción es rápida, es lenta, es mucha moña o más calmada. Entonces, vamos trabajando con los arreglos, cómo los vamos a acompañar, con qué groove va el tema y todos los aspectos musicales de arreglos y producción.
-¿Todos los arreglos los acuerdan desde antes?
LR: Vamos haciendo una tormenta de ideas, hay canciones que antes de grabar el disco eran canciones mucho más rápidas o mucho más lentas y en la tormenta de ideas acordamos. Nos gusta probar mucho, cada idea que traemos en un ensayo la probamos y la probamos hasta que suene, después decidimos si se queda o si nos vamos por otro lado.
-¿En qué momento cada instrumento se siente libre de hacer su aportación a la rola?
HC: Una vez que tenemos la base, la libertad está justo en el momento de incluir nuestro instrumento. En esa tormenta de ideas que estamos hablando, ahà hay libertad porque Levy no dice cómo debe ser el bajo. Nosotros vamos creando en esa misma tormenta de ideas y si hay una sugerencia la vamos anexando. Y bueno, ahà queda.
Daniel Arocha: Pero, a veces, estamos tocando o estamos ensayando o estamos creando y Levy le dice a Héctor: -¿No puedes darle un poquito más de color a ese solo? Está muy amarillo métele un poco más de azul- Hemos aprendido a entenderle, cualquier dÃa en vez de vender discos traemos un cuadro.
LR: Nosotros decidimos hacer una banda, decidimos trabajar asÃ, entonces, la libertad tiene que estar siempre presente.
-Sus letras también traen una propuesta diferente, está el caso de “SI nosotros†que habla de Itaca y Ulises.
LR: Esa frase en particular me tocó mucho, la escribà para una ex-novia. En ese tiempo yo buscaba mucho lograr hacer una banda, lograr ir de gira y ella me decÃa: -disfruta el camino, disfruta el hecho de hacerlo- se me quedó. Por ahà salió justamente esa frase. Pero también, yo crecà leyendo los poetas malditos y también trato de manifestarlo en las letras.
LV: Cuando comienzas a hacer algo sueñas con girar y con hacer conciertos, quieres meter mucha letra, muchos solos muchos acordes… ¡Perdón, es que está pasando un dinosaurio de tamaño astronómico!
-¿Venezuela no se ven?
HC :!No! El gran danés, no, por lo menos en la calle, no se ven.
LR ¿Qué te estaba diciendo? De hecho, en Venezuela nos han tocado el orgullo de estar en una discoteca donde sólo fuimos a tomar un trago y, de repente, te ponen una canción de nosotros. Tú quieres decirle a todos: -¡soy yo!- y la gente coreando y brincado. Es irónico porque capaz fueron conceptualizadas de otra manera, nunca nos imaginamos que “Punto y aparte†pudiera sonar en una discoteca y poner a la gente a brincar. Uno no puede delimitarse, no puede ponerse lÃmites a la hora de hacer arte.
-Pero regresando a las letras ¿las compones en un momento de inspiración o son producto de un trabajo constante?
LR: Lo que pasa es que no hay que presionar la inspiración, hay veces que te llega una melodÃa una frase un tÃtulo o un giro de acordes y empiezas a darle, hasta que muchas veces llega un momento en que me tranco y yo estoy forzando. Es el momento en que tienes que parar, tienes que saber cuándo parar incluso hay canciones que empecé a componer hace años. Me gusta mezclar historias, me gusta mucho, yo veo que todo el mundo tiene secretos, deseos, misterios y a la gente se le hace muy difÃcil comunicarse o manifestar esas cosas.
-¿Qué sucede con la música?
DA: Yo creo que en el momento de la creación no se puede encasillar nada, sino más bien darle la libertad y eso se siente. Hay momentos en que paramos y nos miramos a la cara: -¡la baterÃa esa era!- Pasamos ese mismo pedacito, yo no sé cuantas veces, y producen la misma alegrÃa. Entonces no se puede encasillar la libertad de lo que se está creando.
HC: Es un logro. Es como cuando te enamoras de una pareja, tú no te enamoras sólo del fÃsico o sólo de la mirada o sólo de su voz; te enamoras del conjunto y es lo que tratamos de hacer cuando hacemos arte.
-¿Cómo ha aceptado el público la aparición de un teclado dentro de su música?
LR: Considero que el piano en el ambiente rock se estaba perdido un poco porque todos se estaba enfocados en la guitarras. Yo pensé que al principio iba a ser más difÃcil entrar al mercado del rock pop con un piano como lÃder pero ha sido al revés. Muchas veces hemos tocado en festivales donde al momento de hacer el montaje, la gente se acerca porque ve un piano adelante, eso nos ha abierto puertas.
– ¿Su música entrarÃa en algún género ya establecido?
LV: Pop rock.
HC: Cuando nos preguntan hemos dicho pop rock.
LV: A las mujeres les gusta mucho la música suave y nosotros hacemos música para las mujeres. De hecho si no fuera por las mujeres yo estarÃa en mi casa tocando el piano para mà y no habrÃa hecho nada de esto. Yo retarÃa a muchos rockeros fuertes a tocar música suave, no es fácil saber simplificar la música, quizá es la parte más difÃcil.
(Seguiremos hablando de su última producción Volumen O)
HOLA SOY SORDA