Es bien sabido que los mal llamados “cuentos infantiles” se basan en mitos mucho muy anteriores, dirigidos a un público adulto. Del que ahora hablaremos, hallaremos su basamento, su prehistoria, por asà decirlo, en un mito muy famoso, el de Eros y Psique.
Apuleyo narra en su Metamorfosis (El Asno de Oro),  que habÃa un rey de Anatolia (no se menciona el nombre) que tenÃa tres hijas de sobrecogedora belleza. Pero mientras la de las hermanas mayores era una belleza terrenal, la de la menor era de una indescriptible en loores de hombres. Muchos reinos y ciudades, como tal la veneraban, llegando a decir que era ésta la mismÃsima Afrodita, nacida ahora en tierra y no en el mar.
Esta belleza fue también su tormento, pues aunque sus dos hermanas mayores hicieron buenos matrimonios con poderosos reyes,  Psique (pues este era su nombre) lloraba su virginidad, porque nadie la llegó a pedir en matrimonio. La adoraban en silencio, pero por su belleza, también a temerla y nadie la cortejó, como una diosa era temida y venerada. También era blanco de los celos de Afrodita, porque  la gente le ofrendaba los sacrificios que a ella correspondÃan. De modo que, se dirigió a su hijo Eros, para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la harÃa enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase.
El padre de la desventurada chica, sospechando alguna ira y odio de los divinos, consulta un oráculo (el de Apolos) que le dice que debe poner a la joven, aderezada como para exequias, en lo alto de una montaña, y que”no esperase yerno de sangre mortal, mas fiero y  cruel, y venenoso como serpiente”. Cuando la hubieron abandonado a su suerte, vino Céfiro, el mas manso de los vientos, y suavemente la levantó y depositó en un bellÃsimo jardÃn. La recibieron invisibles voces, que la aclamaron dueña y señora de todo cuanto habÃa, manos invisible la alimentaron con un majar digno de reyes, con música amenizaron y prepararon el baño.
Efectivamente, al anochecer llegó el invisible esposo, que subió a su cama y culminó el matrimonio. Y asà pasaron semanas durante las cuales fue feliz, y donde el marido no dijo quién era, pero ella presintió que el esposo no era tan monstruoso, aunque él le advirtió que era imposible verlo, si no querÃa perderlo para siempre. Sin embargo, desoyó el consejo de su marido, (que no era otro que Eros), y prestó oÃdos a los lamentos de sus envidiosas hermanas. Hizo que Céfiro las trajera a su presencia, y ellas le dijeron que debÃa espiar al marido. Efectivamente, Psique no soportó la curiosidad y al llegar vio el carcaj, las flechas y las alas del arquero, y a un adolescente de una belleza indescriptible
Despechado, Eros huye y Psique va a buscarlo. Pero no quiere oirla, y Afrodita le pone cuatro pruebas imposibles que resuelve con mucha ayuda. Finalmente, le pide que, como el duelo ha hecho palidecer el rostro de Eros, vaya a pedirle un poco de belleza a Perséfone. Comprendiendo que la conducen a su muerte, intenta suicidarse, pero es ayudada a cruzar el Estigia, paga al barquero y vence al can Cerbero.
Sin embargo no resiste la tentación de tomar un poco de belleza, abre la cajita y un “sueño estigio” la adormece, es decir, la hace morir. Pero llega Eros y le insufla el aliento de vida. Entonces las divinas bodas pueden tener lugar en los cielos y Psique pare a la hija de ambos: Voluptuosidad.
Editorial Atalanta tiene una bellÃsima  edición en un lenguaje hermoso, florido y claro, para compartir con tus hijos uno de los mitos más bellos de todos los tiempos.
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