La mayorÃa de los chilangos le tiene fobia a las marchas. Y es que son tantas que a veces se diluyen. El ejercicio de la protesta, a fuerza de repetición, habÃa perdido el sentido.
Lo que no se dice es que muchas de las marchas son producto de la desinformación, o del acarreo: moneda de cambio polÃtica, corrupción al fin y al cabo.
Pero, ¿qué sucede cuando la organización no es institucional, sino que surge auténticamente de quien convoca y quien secunda? Pues lo que ocurrió hoy, 19 de mayo: la Marcha AntiEPN, que hizo visible el rechazo, no a un candidato, sino a los mecanismos que representa, y que han dañado al paÃs (entre otros, la manipulación de los medios, el abuso de poder, el enriquecimiento ilÃcito…).
La gente que participó en este ejercicio tenÃa argumentos sólidos, sabÃa por qué iba. Y hubo mucha gente manifestando su simpatÃa en las redes. Si el PRI consigue ganar (sea a la buena o, como Calderón dijera, “haiga sido como haiga sido”), no será bajo las mismas circunstancias: ya hay un sector amplio, vigilante y participativo dispuesto, al menos, a decir lo que está sucediendo. Es cierto que la sociedad mexicana aún no alcanza la madurez democrática, pero también es cierto que está un poco más cerca que hace doce años, y mucho más que hace ochenta.
UNAMONOS PARA QUITARLES EL PODER A LOS POLITICOS, YA BASTA DE TANTA CORRUPCION E IMPUNIDAD! eMPECEMOS POR CORRER AL PRIPAN QUE SON LO MISMO.